¡ No eres tú… soy Yo !
Cuando el cliente decide terminar la relación laboral con su agencia.
Si bien es momento de gran celebración el día que ganamos un pitch y llega una nueva cuenta, despedirte de un cliente y de una marca no necesariamente debería ser causa de enojo y frustración, sobre todo cuando el motivo por el cual el cliente decide terminar la relación laboral no tiene nada que ver por los resultados o el desempeño del equipo, si no por los tan temidos “recortes de presupuesto” o simplemente “decisiones internas” que no están en nuestras manos.
Todo es aprendizaje, en estos casos es de gran importancia realizar un autoanálisis real y sin filtros con todos los integrantes que estuvieron involucrados en el proyecto, desmenuzar y analizar lo bueno y lo malo, aplaudir los logros y reconocer las posibles fallas que pudieron ser manejadas o tratadas de otra forma.
Como profesionales que somos, nuestro compromiso debe ser entregar la cuenta en las mejores condiciones y de la mejor forma, por ahí dicen: “es más importante la forma en cómo terminas una relación laboral de cómo la inicias”. Y tiene sentido ya que no sabemos en qué otro momento tendremos la oportunidad de volver a trabajar juntos.
Incluso si es el caso, en el que la cuenta se asigne a otra agencia, es de lo más ético apoyar al nuevo equipo para que su inmersión a la marca sea más sencillo, aunque esto puede sonar un tanto ilógico, recordemos que no somos competencia, somos colegas y… “El sol sale para todos”.
Es difícil despedirte y cerrar un proyecto al cual le entregaste horas de tu tiempo y esfuerzo, pero es más satisfactorio saber que hiciste un buen trabajo mientras estuvo en tus manos.
Cada cliente, cada cuenta y cada marca que pasa por nuestra agencia se lleva una parte de nosotros. Lo más importante es que nos deja la tranquilidad de haber dado lo mejor, gratas experiencias, retos cumplidos y un gran aprendizaje.
